En el corazón de Jalisco, entre montañas y paisajes que parecen pintados a mano, se encuentra Amacueca, un municipio que guarda uno de los secretos mejor conservados de la región: su café. Este producto, cultivado con esmero y pasión, no solo es una fuente de ingresos para las familias locales, sino también un símbolo de identidad y tradición. Hoy, te invitamos a descubrir el mundo del café en Amacueca, un lugar donde el aroma del grano se mezcla con la riqueza cultural de Jalisco.

México: Un país de café
México ocupa un lugar destacado en la producción mundial de café, siendo uno de los principales exportadores a nivel global. Con un volumen de producción que oscila entre los 4 y 5 millones de sacos anuales, nuestro país se posiciona después de gigantes como Brasil, Colombia, Indonesia y Vietnam. En México, el café se cultiva en 12 estados, y Jalisco, con municipios como Amacueca, es uno de los protagonistas de esta historia.
El café en Amacueca: Un cultivo con alma
En Amacueca, el café es más que un cultivo; es una forma de vida. Este municipio, ubicado en el sur de Jalisco, forma parte de las regiones cafetaleras del estado, donde el grano se produce con técnicas tradicionales que han pasado de generación en generación. El café de Amacueca se distingue por su calidad y sabor, características que lo han posicionado como uno de los favoritos entre los amantes de esta bebida.
El cultivo del café en Amacueca no solo genera ingresos, sino que también fortalece la economía local y proporciona empleo a familias enteras. Desde la siembra hasta la cosecha, cada etapa del proceso involucra a hombres, mujeres y jóvenes, convirtiéndose en una actividad que une a la comunidad.

Especies de café: Arábiga y Robusta
En México, y por supuesto en Amacueca, se cultivan principalmente dos especies de café:
- Café Arábiga (Coffea arabica): Esta especie es la más valorada por su aroma y sabor suave. En Amacueca, los cafetales de arábiga se extienden por las laderas de las montañas, donde el clima y la altitud son ideales para su crecimiento. El café arábiga tarda entre 7 y 9 meses en madurar, y sus frutos, conocidos como «cerezas», adquieren un color rojo intenso cuando están listos para la cosecha.
- Café Robusta (Coffea canephora): Aunque menos común en Jalisco, el café robusta se caracteriza por su sabor fuerte y su alto contenido de cafeína. Esta especie tarda entre 9 y 11 meses en madurar y se utiliza principalmente para la producción de café soluble.


La cosecha: Un ritual de precisión y cuidado
La cosecha del café en Amacueca es un proceso meticuloso que requiere de mucha atención y dedicación. En México, la temporada de recolección se divide en dos periodos:
- Cosecha temprana: De septiembre a diciembre.
- Cosecha tardía: De noviembre a marzo.
Durante la cosecha, los cafeticultores deben identificar los frutos maduros, conocidos como «cerezas», que se distinguen por su color rojo o amarillo uniforme. Es crucial evitar cortar frutos verdes, pintos o secos, ya que estos afectan la calidad del café. Solo los frutos en su punto óptimo de madurez garantizan un producto final de excelencia.
El café de Amacueca: Un sabor que conquista
El café de Amacueca no solo es apreciado por su calidad, sino también por su sabor único, resultado de las condiciones climáticas y geográficas de la región. El suelo fértil, la altitud y el clima templado contribuyen a que los granos desarrollen un perfil de sabor equilibrado, con notas afrutadas y un aroma intenso que conquista a cualquiera.
Además, el café de Amacueca es un ejemplo de economía social, ya que su producción beneficia directamente a las comunidades locales, promoviendo el desarrollo sostenible y fortaleciendo la identidad cultural de la región.

Visita Amacueca y descubre su café
Si eres un amante del café, no puedes perderte la oportunidad de visitar Amacueca y vivir una experiencia única. Recorre sus cafetales, conoce a los productores locales y descubre el proceso detrás de cada taza. Además, podrás disfrutar de la belleza natural del municipio, con sus paisajes montañosos y su ambiente tranquilo y acogedor.
El café de Amacueca no es solo una bebida; es una experiencia sensorial que conecta a las personas con la tierra, la tradición y el esfuerzo de quienes lo cultivan. Cada taza es un homenaje a la cultura jalisciense y una invitación a saborear la riqueza de México.
