La tradición culinaria de Jalisco es popular por diferentes platillos, como las inigualables tortas ahogadas, la carne en su jugo, las gorditas y sopes de maíz y la maravillosa birria. Pero fuera de estos populares antojitos jaliscienses, ¿qué otros platillos son tradicionales para nuestra cocina?
Diversos chefs nos hablan de la importancia de reconocer los eventos históricos en la cocina, de resaltar el mestizaje de nuestros platillos prehispánicos con los españoles, para así, de poquito en poquito, ir reconociendo nuestros verdaderos orígenes gastronómicos. En el caso de Jalisco, hay un platillo en específico que es la muestra perfecta de este mestizaje. Se trata de la cuachala, un vestigio de la época prehispánica.
Cuachala, sabor del pasado de Jalisco
Desde hace cientos de años en el sur de Jalisco ya rondaban los guajolotes por los pastizales y crecían diferentes variedades de tomates silvestres y chiles como el guajillo o chilacate. El maíz ya era el centro de nuestra alimentación y recién habíamos aprendido a hacer manteca. En aquellas épocas se mezclaron estos ingredientes y surgió la cuachala en lo que ahora es Tuxpan, Jalisco, el lugar de antepasados nahuas en donde, según los expertos, se originó el platillo.
Con el tiempo la cuachala se fue perfeccionando y haciéndose cada vez más sabrosa. La llegada de nuevos y exóticos ingredientes al territorio, que pronto se convertiría en la Nueva España, ayudó mucho en el proceso de darle forma a este manjar que se convirtió en el platillo estrella de las celebraciones de los pueblos de Jalisco, Colima y Nayarit.
Y ahora sí, para que no te quedes con el antojo, te vamos a contar cómo preparar la cuachala tradicional:
- Primero hay que poner a cocer la pechuga de pollo o gallina en agua con ajo, orégano y cebolla, y una vez que esté lista, reservar.
- A este caldito que huele tan delicioso lo vamos a condimentar con una salsa de tomate o tomates molidos y chiles de árbol y chilacate. A continuación le vamos a agregar un poco de masa de maíz y vamos a revolver hasta que obtengamos la consistencia deseada.
- Vamos a tomar la pechuga que habíamos reservado y la vamos a desmenuzar en finas tiritas, cuando hayamos terminado de desmenuzar, agregamos la pechuga al caldo y ¡listo!
¡A la mesa a disfrutar de la cuachala, un platillo prehispánico del sur de Jalisco!