Mitos y leyendas de los pueblos mágicos de Jalisco

¿Cuánto conoces de nuestros pueblos mágicos? Jalisco es un estado lleno de grandes tradiciones, muchas de las cuales son representativas a nivel nacional e internacional.

También es tierra de muchas leyendas y mitos.

En esta ocasión te compartimos las más representativas de cada una de nuestros pueblos mágicos; ¡cuéntanos en nuestras redes sociales cuáles ya conocías!, incluso de cuál te gustaría saber más, puedes usar el hashtag #TradicionesDeJalisco para que sea más fácil dar con tus comentarios.

¡Comenzamos!

Los sayacos de Ajijic

Nuestro bello y tranquilo pueblo mágico, de la Riviera de Chapala, cuenta con una tradición que se remonta a épocas prehispánicas y que afortunadamente, se mantiene hasta nuestros días: ¡los sayacos!

Se cuenta que, antes de la llegada de los españoles a la región, nacieron tres niños, dos fueron gemelos, quienes padecían una condición que los hacía salivar de forma constante, de tal forma que fueron nombrados “xayacatl”, que se podría traducir como “máscara o rostro que produce agua”.

Tiempo después nacería su hermana Tzicanzi, que en náhuatl significa “persona que observa la naturaleza”; ella era muy inteligente, dulce y bella. Su madre murió durante el parto y poco tiempo después, de puritita pena, el padre también.

Los gemelos y la niña fueron entonces educados por niñeras de la región de Tomatlán. En su infancia les dio por recolectar maíz, caléndulas que crecían de manera silvestre, esta mezcla de ingredientes la introducían en huevos de pavo, los cuales pintaban a mano y que envolvían en un papel, cuyo significado en náhuatl podría ser “da lo mejor que tengas”, eso se llama “papaquilisti”.

En sus travesuras gustaban de jugar, perseguir y aventar maíz molido o pétalos de caléndula a otros niños. Eran tan alegres y vivarachos que el pueblo les quería y los dejaba participar en la organización de todas las festividades.

Después llegaron los españoles, los hermanos murieron y Tzicanzi envejeció, seguía siendo una persona muy querida, ya que curaba enfermedades. Cuando ya no podía caminar tan fácilmente, el pueblo le llevaba los ingredientes para hacer las curaciones.

Si bien los protagonistas de nuestra leyenda murieron, su recuerdo y sus travesuras siguieron más vivas que nunca: el pueblo celebraba su alegría haciendo máscaras de las divinidades españolas como una manifestación de burla, una especie de sátira. Hoy en día esto se mantiene pero ahora con máscaras de personajes políticos y celebridades de la época.

¿Recuerdan que les mencionamos que una de sus travesuras era perseguir a otros niños y arrojarles maíz o flores? Pues al día de hoy, en el carnaval de Ajijic esta “travesura” permanece vigente en forma de harina y confeti.

Hoy en día es una tradición que sigue alegrando los corazones de los habitantes de nuestro pueblo mágico.

 

El dragón dormido de Tequila

Decían los antiguos habitantes de nuestro pueblo mágico que bajo sus tierras dormía un dragón, sí, como lo lees, un dragón tequileño.

Esta criatura duerme debajo de la población, todavía no hay consenso si la cabeza o la cola se encuentra en el Volcán de Tequila, lo que sí es seguro es que al dragón se le atribuyen los fuertes ventarrones que azotaban a la comunidad.

Cuenta la leyenda que en cierta ocasión, cansados de los ventarrones, unos pobladores construyeron la cruz atrial y la colocaron justo encima de encima de donde creen que se encuentra la cabeza del dragón y que esto, es lo que lo mantiene dormido.

No sabemos si realmente existe el dragón o si funcionó la escultura, lo que sí te podemos decir es que Tequila es un lugar mágico que debes descubrir por tu propia cuenta.

El toro arrodillado de San Sebastián del Oeste

Hace muchos años, tantos que esta leyenda llega a nosotros como un pequeño rumor, pasó algo extraordinario en lo que ahora es nuestro pueblo mágico. Se dice que en un punto de su historia la gente de San Sebastián del Oeste no era muy creyente y esto no le agradaba al sacerdote de la localidad, ya que las personas no iban a misa.

Cansado de la situación, el religioso franciscano acudió a una toriada, habló con los encargados y pidió que le separaran el toro más bravo, ya que lo retaría.

Asombrados y preocupados, los habitantes trataron de disuadir al monje, pero este se aferró a su idea.

Ya en el ruedo, el toro mostraba su fuerza y bravura pero al entrar el religioso y a punto de ser atacado por el animal, le mostró una cruz y a viva voz dijo:

“¡Este es tú Dios!”… y en ese momento el toro se arrodilló.

Esto bastó para que la población, ahora sí, acudiera a misa; ¿cómo la ves?


La monja de El Refugio en San Pedro Tlaquepaque


La siguiente leyenda se desarrolla en uno de los recintos más importantes del pueblo mágico de San Pedro Tlaquepaque, nos referimos al Centro Cultural El Refugio.

Al igual que el Museo Cabañas en Guadalajara y que te contamos en esta entrada de blog, este lugar no surgió originalmente como un espacio dedicado al arte, sino como hospital a mitad del siglo XIX y era atendido por monjas josefinas.

Fue hasta 1979 que el recinto dejó de funcionar como nosocomio y todas las religiosas abandonaron sus actividades y el lugar, todas menos una.



Quienes la llegaron a ver dicen que vestía diferente a las otras monjas, que deambulaba por los pasillos cuando las otras se reunían para orar y en su presencia, la luz de las lámparas disminuía de intensidad mientras visitaba a los enfermos más delicados.

La leyenda tomó mayor relevancia cuando un día un doctor incrédulo se burló de estas anécdotas pero una tarde, durante su descanso, la monja se le apareció en un rincón del consultorio y del susto solo alcanzó a gritar “¡la monja viene por mí!” y cuando intentó verle la cara el espectro desapareció.

Su colega que lo acompañaba no vio la figura y por más que intentó calmarlo poco sirvió: el médico dijo que la monja vestía de blanco, flotaba en el aire y arrastraba una cadena y el pavor fue tal, que al día siguiente el doctor ya no se presentó a trabajar.

Otras personas han asegurado que han visto o escuchado a la monja, que incluso se manifiesta de diferentes formas, como sombras o murmullos.


La casa misteriosa de Mascota


Todo pueblo o ciudad cuenta en su haber con una casa que por sí sola, genera increíbles historias; sea por la importancia de sus habitantes, por un hecho fatal o sobrenatural y en algunas ocasiones, por un tesoro oculto.

Se dice que, en la calle de Epigmenio González, existe una casa que se remonta hasta los días de la lucha independentista. Durante la época de la Reforma, dicha casa, junta otras de Mascota, fue quemada; se atribuye esta atrocidad a Remigio Tovar del bando conservador, ya que se cuenta que quemó el pueblo para que el ejército liberal no lo tomara. De Tovar también se cuenta que al luchar contra Benito Juárez toda Mascota padeció las consecuencias.

Por si no fuera poco, la casa experimentó otro incendio, ahora en tiempos de la Revolución; los que saben dicen que todavía quedan rastros en la casa de dicha quema, que incluso todavía hay una flecha clavada en el techo, testigo de los enfrentamientos de esos ayeres.



Varias familias han pasado por dicha casa, pero como si estuviese maldita, cada persona que la habitó vio fantasmas, escuchó ruidos o experimentó olores extraños.

La energía de la casa es tan poco natural que ha llevado a decenas de personas a decir, por si no fuera poco, que hay un gran tesoro enterrado en ella; esta parte de la leyenda tiene dos vertientes, una porque se decía que allí se fundían metales preciosos, incluso se llegó a decir que se encontraban piedras preciosas.

Por otro lado, el origen de la idea del tesoro se debe a que la propiedad fue habitada por un prestamista al que apodaban Pancho Pezuñas; el cual, como si hubiese sido maldito por la casa, tuvo un final trágico, al ser atacado una noche durante un misterioso apagón.

Será el sereno, pero sería un buen reto para tu viaje a Mascota, encontrar esa casa, como pista te podemos decir que está muy cerca de la plaza principal.


El milagro de la renovación en Talpa de Allende


Si algo caracteriza nuestro pueblo mágico es la devoción que se le tiene a la Virgen de Talpa, tanto que existe la Ruta del Peregrino, ya que se considera como una de las más milagrosas y que año tras año, reúne a miles de personas.

La siguiente leyenda se remonta al muy distante 1585, se cuenta que la virgen llegó de Michoacán a Talpa por los tarascos, quienes habían realizado la figura y modelado a partir de pasta de caña.

La imagen pasó desapercibida mucho tiempo, incluso cayó en el olvido, tanto que se encontraba en muy terrible estado: rota, carcomida y, para agraviar el asunto, apolillada.

Era tal la condición de la virgen que la sacristía de la iglesia decidió el 19 de septiembre de 1644 sepultarla.

Justo en el instante en que la población indígena y religiosos se dedicaban a envolverla en un mantel, de la figura surgió una intensa luz, tan fuerte que desmayó a los presentes.

Pero eso no fue todo, el cielo se llenó de nubes y quienes fueron testigos, dijeron que se lograron ver ángeles; entonces la estatuilla comenzó a transformarse a la forma y color que actualmente tiene.

A esta leyenda de los pueblos mágicos de Jalisco se le conoce con el nombre de el “Milagro de la Renovación”, que es para algunos prueba más que suficiente del poder que tiene la Virgen del Rosario de Talpa.

¿Ya conocías esta historia?

La pila de las culebras de Tapalpa


Sabemos que algunos mitos y leyendas tienen un trasfondo moralizante, de lo que no se debe hacer o que ante una mala acción hay una consecuencia.

Tapalpa sabe bien de eso ya que su leyenda implica varias personas en exceso chismosas, hablamos de las “Marías Lenguas”.

Cuatro comadres que habitaban el ahora pueblo mágico de Tapalpa, eran expertas en criticar y chismear en todo momento; las mujeres se reunían en la fuente cercana a sus casas y hasta el anochecer se les veía y escuchaba criticar a diestra y siniestra.

Pudieron haber seguido así el resto de su vida pero un día, el Indio Macario se topó con ellas y se percató de la lista de ataques y chismorreo que tenían las comadres para repartir, así que les advirtió que hablar de otras personas era sumamente grave, sobre todo cuando se hace a sus espaldas.

Las “Marías Lenguas” no solo soltaron la carcajada, también aprovecharon para insultar al sujeto y no conformes también se cansaron de burlarse de él. Macario guardó la calma en ese embate, pero les advirtió que lo que estaban haciendo era escupir veneno y que, tarde que temprano, habría consecuencias.

Los insultos siguieron, incluso aumentaron de tono, pero no contaban con que Macario sabía magia otomí, así que cansado de los ataques dispuso sobre las comadres un conjuro.

El hombre también les explicó que les había dado una oportunidad para reflexionar y cambiar, mas cayó en cuenta que la mala vibra de las comadres estaba tan arraigada, que era imposible que cambiarán por lo cual era necesario un castigo ejemplar.

Cuenta la leyenda que Macario tomó agua de la fuente y roció a las comadres, pasaron unos cuantos segundos cuando el cuerpo de las mujeres comenzó a endurecerse, ellas se retorcían pero no podían hacer nada contra el conjuro.

Las comadres terminaron convirtiéndose en serpientes de piedra, cada una pegada a los lados de la pila y así, desde el siglo XIX, nos llega esta historia de los peligros de echar chisme y burlas al por mayor.


El catrín de Mazamitla

Siguiendo por el camino de las lecciones nos llega la leyenda de un peculiar personaje que apareció en Mazamitla.

Se cuenta que un día cualquiera al final de su jornada, un trabajador de una fábrica de la zona se sentó afuera de una tienda de nuestro pueblo mágico. Allí, sin importarle mucho, se dispuso a ingerir bebidas alcohólicas.

Botella tras botella, como dice una canción, le sorprendió la noche. Las calles estaban vacías, la tienda ya había cerrado y no se escuchaba nada más a su alrededor. De pronto, como si hubiese aparecido de la nada, un caballero montado en un hermoso caballo negro, todo un catrín como describiría después, lo saludó.

Los dos hombres platicaron por un momento, se cayeron bien, comenzó la confianza y con ello llegó la invitación de “el catrín” hacia el trabajador alcoholizado.



Le propuso seguir la conversación en su casa, además que allí el trabajador podría seguir bebiendo, este último no se la pensó dos veces ante tal propuesta. Se dice que partieron hacia la zona de “El Tabardillo”. Durante el trayecto, el trabajador un poco lúcido, le comentó que para allá no existía casa alguna, a lo que el catrín respondió que sí, que confiara.

Al llegar al destino, el trabajador se sorprendió de ver una gran propiedad, no recordaba haber visto nunca una casa en esa parte del pueblo, menos con semejante belleza. Pero el misterio no terminó allí, sino al interior, donde el hombre se topó con animales nunca antes vistos y desconocidos de la región; sumado a todo esto en el ambiente se percibía un extraño olor y a lo lejos se escuchaban muchos lamentos.

El trabajador se quedó un momento a solas cuando el catrín le dijo que iría a otra habitación por una copa de vino, en ese instante los lamentos se escucharon más fuerte, eran gritos de dolor que preocuparon al trabajador, el cual ni tardo ni perezoso, empezó a rezar.

Las plegarias no sirvieron de mucho, porque inmediatamente el catrín cambió de rostro, ahora revelaba lo que siempre había sido: ¡un demonio!

Lanzó un profundo lamento y se lanzó en contra del trabajador. No fue hasta la mañana siguiente que el hombre, ya sin borrachera encima, despertó afuera de la tienda donde había comenzado a beber el día anterior.

Al recobrar sus sentidos se apoderó de él un miedo increíble, corrió a su lugar de trabajo para narrar lo que había pasado la noche anterior; algunos se mostraron primeramente incrédulos, pero no fue hasta que se quitó la camisa que quedaron al descubierto varios rasguños en su espalda.

Quienes conocieron al hombre y después comunicaron el relato que dio pie a la leyenda, aseguran que nunca más volvió a tomar alcohol. ¿Qué te parece este método para dejar de beber?

El puente de Lagos de Moreno

Ahora sí que, más que una leyenda… es anécdota, que después pasó a tener ese halo de misterio que solo ciertas historias logran alcanzar con el tiempo.

De seguro lo conoces y sino, deberías visitarlo: el famoso puente de Lagos de Moreno, el cual posee una belleza particular por el uso de la cantera durante su construcción, que data del año 1741, hace mucho tiempo ya.

Y es que parte del encanto y misterio para algunos visitantes es toparse con la famosa placa que dice: “Este puente se hizo en Lagos y se pasa por arriba”.

Dicha frase genera un poco de confusión, un par de pequeñas risas y la duda de cómo se llegó a esa instrucción, bueno, vamos a resolver el entramado.

Si bien la construcción empezó en el siglo XVIII su inauguración no fue sino ¡más de 100 años después!, precisamente en 1860; esto se debió en parte a la falta de recursos, las guerras de entonces y luego el proceso de la Independencia de México, poca cosa, ¿verdad?

Su inauguración fue una gran celebración, se dice que el presidente de aquella época Miguel Miramón, fue una de las primeras personas en cruzarlo, ¡todo un suceso! Sin embargo, desde el inicio el proyecto estuvo mal cotizado y el costo de su construcción se disparó tanto que para compensar esta situación, el ayuntamiento decidió cobrar un impuesto para cruzar el hermoso puente.

Al ser el único camino, pues no había de otra, hasta que muchos pobladores comenzaron a cruzar el puente “por abajo” ahorrándose el impuesto; si bien la gente había encontrado una manera, el gobierno no se iba a quedar de brazos cruzados así que mandó a colocar la placa con la frase que ya conocemos. ¿Cómo ves?

Bonus:

El ánima de Sayula

Si algo caracteriza este poblado de Jalisco es la producción de dulces, como su famosa cajeta, pero también una leyenda muy curiosa.

Es tan importante para la localidad que incluso cuenta con una escultura especial: sí, hablamos de: ¡El ánima de Sayula!

¿Te sabes la historia?

Se cuenta que fue una broma pesada hacia un ropavejero de Sayula: Apolonio Aguilar.

Se le convenció de visitar de noche el panteón de la región, pues se le informó que allí se encontraba escondido un tesoro. Ya que se encontraba en una situación precaria, no dudó en dedicar todo su tiempo en encontrar dicho botín.

Un día fue con su compadre José, quien cansado de tanta insistencia le confesó el supuesto lugar exacto del tesoro. Pero había un detalle… ahí se encontraría con un alma en pena.

No sin miedo, Apolonio decidió ir a medianoche al lugar, esperando obtener el dinero. Y tal como le dijo su compadre, ¡allí se encontraba el ánima! le dijo llamarse Perico Zurres y que entregaría el tesoro si el ropavejero le hacía un favor.

¿Qué fue?, no lo sabemos a ciencia cierta, pero dicen que Apolonio salió corriendo despavorido y nunca a nadie volvió a hablar del asunto.

Si decides visitar Sayula encontrarás recuerdos de esta querida y curiosa leyenda, algo que no debes dejar de pasar.

Las puertas de oro de Puerto Vallarta

No hay duda alguna que las playas de Puerto Vallarta son de las más hermosas de todo el país, basta con que te des una vuelta a nuestro perfil de Instagram y Facebook para que contemples su belleza.

El puerto más mexicano al igual que muchas partes de Jalisco como has podido leer, no podía estar exenta de misterios y en esta ocasión te contaremos de un tesoro sumergido que dio pie a la leyenda de las “Puertas Doradas”, ¿la conoces?

Lo primero es contarte que hay dos versiones de esta historia, una que dice que no hace mucho tiempo navegaba un impresionante barco por las aguas vallartenses, algunas voces dicen que fue en la década de 1940 y otros que antes, lo que sí se sabe de este peculiar navío es que sus puertas eran de oro.

La nave por sí sola llamaba la atención, pero ese dato fue el que más intrigó a los pobladores, sobre todo cuando se enteraron de su hundimiento en la zona de “Los Arcos”.

De forma rápida el rumor llegó a todo mundo y los más apuntados a corroborar o rescatar el “botín” fueron los buzos de la región; aquí la leyenda se torna extraña, porque no se sabe si fue el miedo a morir ahogados o que existía una fuerza misteriosa que custodiaba los restos, pero muchas personas ante su fracaso de no obtener las puertas de oro señalaron la presencia de un pez gigante que los atacaba cuando intentaban llegar al barco hundido.

Otros señalaron que yacía a una profundidad de unos 150 metros, distancia imposible de llegar con el equipo de buceo de entonces.

Los menos afortunados nunca regresaron y esto provocó que la leyenda siguiera contándose.

La segunda versión de las “Puertas de Oro” de Puerto Vallarta se remonta a 1769, para ese entonces toda la región de Bahía de Banderas era fundamental para la ruta mercante desde San Francisco en California, Estados Unidos, hasta Panamá.

En ese entonces existió un barco: el “Golden Gate”, intuimos que para aquella época los problemas de comunicación por cuestión del idioma eran más frecuentes y cuando dicho navío se accidentó y hundió, el rumor de la noticia dio pie a la leyenda de las puertas de oro que se encuentran en las aguas de Puerto Vallarta.

Si existe o no el tesoro es tema para otro andar, lo que sí te podemos asegurar es que si visitas Puerto Vallarta tu corazón se enamorará de sus atardeceres y playas doradas.
¿Qué te parecieron las leyendas de los pueblos mágicos de Jalisco?, ¿ya las conocías?

Si conoces alguna otra leyenda que podamos incluir en esta lista, contáctanos en nuestras redes sociales: Facebook e Instagram o publícala en tus redes sociales usando el hashtag #TradicionesDeJalisco y mencionado a @jalisco.esmexico, de esa manera encontraremos tus experiencias y relatos.